Imiría, el esplendor de Ucayali

GLF 2017 Blog Competition
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Jorge Watanabe
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Camino hacia la gestión sostenible de su biodiversidad A cuatro horas de la ciudad de Pucallpa, surcando el río Ucayali y luego el río Tamaya, llegué al Área de Conservación Regional Imiría (ACR Imiría), donde pude disfrutar de la belleza de las lagunas Imiría y Chauya. Estas lagunas son dos de los principales ecosistemas de humedal amazónico más productivos del Perú y refugio de una importante biodiversidad ictiológica, que aún brinda beneficios a la población local a través de la pesca.

En Ucayali muchas personas han escuchado sobre la existencia de estas dos lagunas, pero no las conocen. Comprender el valor que brinda (e.g. servicio de suministro de alimentos y agua, o de regulación de inundaciones) y las particularidades de las comunidades shipibas, como la práctica de sus saberes en el uso sostenible de la biodiversidad; son razones que ayudarán a tomar conciencia, generar cambios y apoyar la gestión de estos humedales.

Hito en la conservación regional

Consideradas las principales áreas de pesca cercanas a la ciudad de Pucallpa, fueron objeto de la depredación por pescadores foráneos al área, excediendo la capacidad de regeneración natural de muchas poblaciones de peces y llegando a límites ecológicos inseguros para otras. Esta situación y sumado al empoderamiento de las comunidades shipibas por salvaguardar la integridad de las lagunas, impulsaron la creación del Área de Conservación Regional Imiría en el año 2010.

Vivencias y percepciones locales

Me interesó comprender mejor las relaciones con estos espacios de vida, así que busqué y escuché las voces de los pobladores locales, y también de los niños, niñas y jóvenes de las comunidades shipibas, que viven a orillas de las lagunas; quienes con el sentimiento de pertenencia, me explicaron como los beneficios de estos ecosistemas favorecen las condiciones sociales y económicas de sus familias, y de muchas otras familias de la ciudad de Pucallpa, si los pescadores foráneos realizarían una pesca sostenible.

Entre el grupo de jóvenes shipibos de la comunidad Junín Pablo estaba Adelina Cauper, quien me relató como su padre y abuelo en canoa, utilizando la flecha, lanza y tarrafa se van a pescar en las lagunas Imiría y Chauya. Adelina me manifestó: “años atrás, ellos regresaban a casa con buenos peces después de unos pocos lances, pero ahora les toma todo un día”. Rememorando las conversaciones que escucha en casa entre su padre y tíos, me comentó: “ellos mencionan sobre la abundancia de peces décadas pasadas, de los grandes que eran, de lo frecuente que era encontrar paiche, arahuana y doncella en las lagunas”. Ella siente que con la creación del Área de Conservación Regional se ha dado un paso, para no solo escuchar, sino para ver toda esa riqueza de vuelta, como era antes. Agregó: “el liderazgo de las comunidades, en conjunto con las autoridades regionales, poco a poco permitirá que la pesca ilegal desaparezca; brindando tranquilidad para impulsar otras iniciativas para el desarrollo de su pueblo”.

También deseo compartir el relato de Timoteo Huayta, quien al iniciar el recorrido por la laguna Imiría junto a otros pobladores de la comunidades de Junín Pablo, Nuevo Loreto y Buenos Aires, me comentó: “antes era mejor, era el paraíso, los peces los encontrabas cerca a las orillas y los boquichicos saltaban a la canoa cuando los perseguía el bufeo colorado”. Para Timoteo, la pesca es su estilo de vida, siendo una parte del pescado destinado para la alimentación de su familia y otra para la venta, atendiendo con ese ingreso otras necesidades básicas. Él me manifestó: “con la llegada de botes pesqueros de Pucallpa, esa cantidad y variedad de peces desapareció, por eso nosotros y las comunidades decidimos enfrentarlos, cerrando con los botes y canoas las entradas a las lagunas. Las autoridades tuvieron que venir para solucionar el problema. Es ahí donde nos escucharon. Aprobamos y luego legalmente se estableció la veda comercial en el Imiría y bajo normas de uso se permitió la pesca comercial en el Chauya”. Pero añadió: “marchamos y retrocedimos, porque eso no funcionó bien, los pescadores foráneos aprovechaban nuestro descuido o engañaban a las autoridades de otras comunidades para pescar en el Imiría, y que decir de la forma como arrasaban con los peces en el Chauya”.

Los nuevos arreglos interculturales para la pesca

Ante la necesidad de un nuevo planteamiento para la sostenibilidad del recurso pesquero, se impulsó en el año 2014, la primera reunión entre las autoridades gubernamentales, los representantes de las comunidades nativas y los directivos de las asociaciones pesqueras de Pucallpa, trazando el camino para la elaboración del plan de manejo pesquero del Chauya, basados en el respeto y la equidad en contextos de diversidad cultural, como estrategia que permita “remar todos juntos”. Este año (2017) el plan fue aprobado y está siendo implementado.

La ruta de la sostenibilidad

Retornaré al ACR Imiría y volveré a conversar con Adelina y Timoteo, para estar al tanto del aprendizaje y manejo pesquero en sus lagunas y conocer también las iniciativas económicas del bijao, de los frutos silvestres y otros que están en curso; ya que el área depara un futuro muy prometedor para su gente.

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